Desarrollo Emocional

(Padres + Educadores)

La importancia de enseñar a los niños a nombrar sus emociones

Aprender a identificar y expresar lo que sentimos es una habilidad que se construye, no se hereda. En la infancia, cuando las emociones aparecen con fuerza, el cerebro todavía está aprendiendo a entenderlas y regularlas. Enseñar a los niños a ponerle nombre a lo que sienten es mucho más que un ejercicio de vocabulario: es darles una herramienta para conocerse, comunicarse y autorregularse.

🌱 El cerebro emocional en la infancia

Durante los primeros años de vida, el sistema límbico —donde se procesan las emociones— está más activo que la corteza prefrontal, responsable del razonamiento y el control.
Esto significa que los niños sienten antes de entender.

Cuando un adulto valida la emoción (“entiendo que estás enojado”) y la nombra (“eso que sientes es frustración”), el cerebro del niño empieza a conectar ambas áreas, fortaleciendo su capacidad de regulación emocional.

Según un estudio de la Universidad de California, los niños que practican el reconocimiento emocional reducen en un 40% las conductas impulsivas y muestran mayor empatía hacia otros.

💬 Nombrar para comprender

Nombrar las emociones ayuda a:

  • Reducir la intensidad emocional: al decirlo, el cerebro lo procesa.

  • Aumentar la empatía: al entender lo que sentimos, comprendemos mejor a los demás.

  • Mejorar la comunicación familiar y escolar.

  • Prevenir problemas emocionales en la adolescencia.

🧩 Cómo enseñar a los niños a identificar emociones

No se trata de dar clases de psicología, sino de convertir la emoción en un lenguaje cotidiano.
Algunas estrategias sencillas son:

  • Leer cuentos o ver películas y preguntar: “¿Cómo crees que se siente este personaje?”

  • Usar juegos o tarjetas con caras y nombres de emociones.

  • Dar ejemplo: “Hoy me sentí nerviosa antes de mi reunión, pero respiré y me calmé.”

  • Evitar invalidar (“no llores”) y reemplazar por guías (“entiendo que te dolió”).

💜 Educar desde la empatía

Cuando los niños aprenden que todas las emociones son válidas —incluso las difíciles—, construyen una relación más sana con su mundo interno.
Saber decir “estoy triste” o “estoy frustrado” no los debilita: los fortalece.

✨ Conclusión

Nombrar emociones es el primer paso para gestionarlas.
En Serebreathy enseñamos a niños, padres y educadores cómo funciona el cerebro emocional, usando el juego y la ciencia para que el aprendizaje sea divertido y transformador.

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